Un día nos dijeron que no comiéramos mantequilla y luego dijeron que sí. Una semana, las revistas publicaban que las pastas y el pan eran la causa de la obesidad y luego la dieta mediterránea regresó a las mismas portadas. Que la grasa animal no, y luego que sí; que la leche sí, y luego que no. Que la dieta de las calorías y que no, mejor la de los carbohidratos. Que las tortillas de maíz lo más lejos y que no, que deben estar lo más cerca. Y así. ¿Es posible responder a la pregunta de por qué somos gordos?
¿La grasa, los carbohidratos, los alimentos procesados o el azúcar?
¿El ambiente, el estrés, los malos hábitos, o la predisposición
genética? ¿La sal, los lácteos, la comida chatarra, las dietas milagro o
el abuso en los productos light? ¿La mantequilla, la margarina o los
transgénicos?
Todos ellos han sido, en algún momento de la historia, señalados como los culpables de que más de mil millones de adultos en el mundo tengan sobrepeso y otros 300 millones sean obesos.
Y, sí, tú, con ese Índice de Masa Corporal mayor a 25 también entras en las estadísticas.
Pero, ¿cuál es en realidad la causa de que la obesidad haya llegado a niveles epidémicos y las enfermedades ligadas a ella maten a más de dos millones y medio de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)?
El médico estadounidense Peter Attia y Gary Taubes, periodista especializado en salud, son tajantes en su respuesta: No se sabe. Y no se sabrá hasta que las investigaciones alrededor del tema se sometan a verdadero rigor científico y no respondan a necesidades de la mercadotecnia.
Bajo la creencia que a pesar de que las personas alrededor del mundo, específicamente en Estados Unidos, se están esforzando más que nunca por llevar un estilo de vida sano, los índices de obesidad y de las enfermedades relacionadas con ésta continúan a la alza. La culpa, en buena parte, se debe a que no se tiene la orientación adecuada, pues la mayoría de las dietas no están basadas en estudios científicos rigurosos, coinciden varios expertos.
Todos ellos han sido, en algún momento de la historia, señalados como los culpables de que más de mil millones de adultos en el mundo tengan sobrepeso y otros 300 millones sean obesos.
Y, sí, tú, con ese Índice de Masa Corporal mayor a 25 también entras en las estadísticas.
Pero, ¿cuál es en realidad la causa de que la obesidad haya llegado a niveles epidémicos y las enfermedades ligadas a ella maten a más de dos millones y medio de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)?
El médico estadounidense Peter Attia y Gary Taubes, periodista especializado en salud, son tajantes en su respuesta: No se sabe. Y no se sabrá hasta que las investigaciones alrededor del tema se sometan a verdadero rigor científico y no respondan a necesidades de la mercadotecnia.
Bajo la creencia que a pesar de que las personas alrededor del mundo, específicamente en Estados Unidos, se están esforzando más que nunca por llevar un estilo de vida sano, los índices de obesidad y de las enfermedades relacionadas con ésta continúan a la alza. La culpa, en buena parte, se debe a que no se tiene la orientación adecuada, pues la mayoría de las dietas no están basadas en estudios científicos rigurosos, coinciden varios expertos.
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